Cerca de San Martin de Boniches está Villar del Humo.
Desde Villar del Humo podemos recorrer la senda del Río VERCHENQUE
La población de Villar del Humo está rodeada por las sierras de Albarracín y de Mira, y por la Serranía de Cuenca.
Su término municipal alberga doce yacimientos de arte rupestre que corresponden a dos de los principales estilos del Holoceno: el arte levantino (10.000 años antes del presente) y el arte esquemático (6500 años antes del presente).
El descubrimiento de estas joyas pictóricas se remonta a 1917, cuando el ayudante de ingenieros de montes Enrique O'Kelly, junto con otras gentes del lugar, halló en la llamada Peña del Escrito dos frisos con arte.
En aquellos años, 1918, se descubre el abrigo de Selva Pascuala, la Fuente de la Selva Pascuala y la Cueva del Bullón, por Eduardo Hernández Pacheco, Francisco Benítez Mellado (dibujante) y F. H. Pacheco de la Cuesta (ayudante).
Trascurrieron casi cincuenta años, hasta 1968, para que se volviese a descubrir un nuevo panel pintado; prueba del olvido en que se sumió este núcleo rupestre.
El maestro de la población Amado Ruiz Ferrer y algunos alumnos suyos, J. P. Ruiz, C. Ramiro, C. Esteban, C. Ruiz y J. J. Ramons, que conformaban el Grupo 278, descubrieron nuevas pinturas dentro del programa Operación Rescate, concretamente cuatro abrigos: tres en la zona del vallejo de Marmalo (III, IV, V), y un cuarto en la de Castellón de los Machos.
En 1979, César López, vecino de la localidad, comunicó a Anna Alonso Tejada la existencia de posibles pinturas que tras la inspección oportuna aportaron dos paneles pintados, la Peña del Castellar y también se hizo eco la mencionada arqueóloga de dos nuevos abrigos en la zona de Marmalo que fueron bautizados con el nombre de Marmalo I y II, informaciones que fueron suministradas en 1982 por sus descubridores, Manfred y Katja Bader, incansables aficionados al arte levantino.
En 1988-89 la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha encarga el inventario de los yacimientos con Arte Prehistórico de Cuenca; lo llevarán a cabo A. Alonso Tejada y Alexandre Grimal Navarro.
Las manifestaciones de arte rupestre se ubican en abrigos o refugios al aire libre junto a diversos cursos de agua en los parajes denominados Peña del Escrito, Rambla del Anear, Selva Pascuala, Cueva del Bullón, Marmalo, Castellón de los Machos y Peña del Castellar.
Se trata de, en el caso del Arte Levantino (10.000 años antes del presente) de la expresión de los últimos cazadores-recolectores, basada en representaciones figurativas: arqueros, ciervos, capridos, bóvidos y alguna figura femenina. En el caso del Arte esquemático (6.500 años antes del presente), cuyos autores son los grupos neolíticos-bronce, se pintaron motivos abstractos y algunos, los menos, con lejanas referencias a la figuración (puntiformes, barras, zoomorfos, serpentiformes, antropomorfos, etc.).
Todas estas expresiones pictóricas constituyen la demostración inestimable de la capacidad intelectual de los grupos humanos prehistóricos, de sus creencias, de su concepción plástica y estética.
Su valor extraordinario ha merecido que se declarasen Patrimonio de la Humanidad desde 1998 por la Unesco y que aquellas poblaciones que lo poseen pasen a ser meros intermediarios y veladores de su conservación.
Demasiado escasas las investigaciones sobre el Arte rupestre levantino y esquemático que hacen referencia al núcleo de Villar del Humo, para las personas que deseen profundizar en su conocimiento deben mencionarse los estudios monográficos de Eduardo Hernández Pacheco, y posteriormente Anna Alonso Tejada y Alexandre Grimal; además de otros autores como Francisco Jordá, Antonio Beltrán, que trabajaron temas específicos de alguno de los abrigos.1
En 1995 se creó un Parque Cultural que recogía información sobre todos los itinerarios que conducen a los distintos abrigos donde se encuentran las manifestaciones de arte rupestre, con el fin de facilitar el acceso a todas las personas que deseen visitarlos.
El día 3 de mayo de 1995 tuvo lugar la inauguración del Parque cultural de Villar del Humo con diferentes actividades culturales y la participación de Antonio Beltrán, especialista en Arte Rupestre Levantino. El Parque cultural protege y difunde tanto el patrimonio histórico como el natural y el etnográfico de la región permitiendo realizar varios itinerarios señalizados.
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