Coplas que hizo don Jorge Manrique a la muerte del maestre de Santiago don Rodrigo Manrique, su padre
Jorge Manrique, 1440-1479
Pues aquel gran Condestable maestre que conoscimos tan privado, non cumple que del se hable, mas sólo cómo lo vimos degollado. Sus infinitos tesoros, sus villas e sus lugares, su mandar, ¿Qué le fueron sino lloros? ¿Qué fueron sino pesares al dejar?
Don Álvaro de Luna, condestable de Castilla y todopoderoso señor al servicio de Juan II de Castilla, es decapitado en la plaza del Ochavo, junto a la Plaza del Mercado o Plaza Mayor de Valladolid en junio de 1453. Su rey Juan II de Castilla muere un año después. La pena y el arrepentimiento por su comportamiento con su sobre todo amigo don Álvaro son, al parecer, la causa de su muerte.
Rodrigo Manrique de Lara es el padre en su sus primeras nupcias en 1431 con Mencia de Figueroa del que será el poeta Jorge Manrique, que queda huérfano a los cuatro años de una madre que siempre recordará. La segunda esposa de Rodrigo Manrique es desde 1469 Beatriz de Guzmán de los señores de Cañete en Cuenca. Rodrigo Manrique casa por tercera vez con Elvira de Castañeda Al año siguiente, en 1470, el propio Jorge Manrique casa con la hermana de su madrastra, doña Guiomar. Mencia de Figueroa, madre del Poeta, fue educada en un ambiente cortesano y culto. Era sobrina materna de Iñigo López de Mendoza, marqués de Santillana. Rodrigo Manrique de Lara es el primer conde de Paredes de Nava, Palencia, desde mayo de 1452. Nace en 1406 y muere en Ocaña, Toledo, el 11 de noviembre de 1476. Víctima, parece ser, de un cáncer que le devoró el rostro. Esta muerte es el hecho que lleva a su hijo a escribir sus Coplas en honor y honra de su padre, en la su villa de Ocaña vino la Muerte a llamar a su puerta.
El lugar de nacimiento y de muerte del Poeta no está claro. Encontramos que Jorge Manrique nace en Paredes de Navas, Palencia, señorío de su padre, o bien en la Segura de la Sierra, Jaén, cabeza de la encomienda de Santiago que administraba su padre. Maestre de la orden de Santiago entre 1474 y 1476. Jorge Manrique es en Cuenca señor de Belmontejo lugar que era señorío de su segunda madrastra. Señorío que se reintegra a los de titularidad de los señores de Cañete a la muerte del Poeta en 1479. Igualmente es señor de otro Belmontejo, sucediendo a su padre, en este caso en Ciudad Real, rebautizado como Villamanrique. Con su padre defiende los derechos de la princesa Isabel al Reino de Castilla en disputada con su sobrina Juana, hija de Enrique IV Defendiendo estos derechos muere en tierras conquenses del marqués de Villena, partidario de la princesa Juana. Podemos encontrar que muere participando en el asalto del castillo de Garcimuñoz. También que muere días después de ser herido en el asalto en la cercana localidad de Santa María del Campo Rus donde estaba su campamento. Parece mas cierto que muere al ser herido.
En la Plaza Mayor de Santa María del Campo un monumento recuerda a Jorge Manrique y en el parque El Prado, donde se dice que Jorge Manrique instaló su campamento, hay un monolito que recuerda este hecho. También en este pueblo se ha creado un Centro de Estudios Manriqueños. Cuenta entre sus fondos libros, imaginarios retratos de Jorge Manrique y algunos autógrafos del poeta. Aquí se celebran en Abril las Jornadas Manriqueñas en las que participan Castillo de Garcimuñoz y Uclés. Jorge Manrique fue caballero de Santiago y su padre maestre de la orden de Santiago cuya monasterio principal y cabeza territorial era el monasterio de Uclés. A tres kilómetros de la población de Castillo de Garcimuñoz, en el camino llamado de la Nava, también un monolito con una cruz de hierro y una inscripción señala el sitio que se dice exacto donde Jorge Manrique cae herido.
Las otras obras de Jorge Manrique están reunidas en un Cancionero Está formado por unas cincuenta composiciones breves, en su mayor parte de tema amoroso. Escribe también tres piezas burlescas Dos son las tituladas Coplas a una beoda y Convite que hizo a su madrastra. Obra en la que parece que su madrastra no era mucho de su querer.
Por último, no sabemos con seguridad el lugar de nacimiento de Jorge Manrique y de su enterramiento y el de su padre en el monasterio de Uclés no queda nada.
Para Rodrigo Manrique fue construido un sepulcro en alabastro en la iglesia del monasterio de Uclés, la cabeza descansaba en unas almohadas, en el canto de una de las cuales estaba grabada esta inscripción, Aquí yace muerto un hombre que vivo dejó su nombre. Puede leerse en algunas obras que tratan del enteramiento de Rodrigo Manrique que es que vivo queda su nombre.
Al reconstruirse la nueva iglesia del monasterio desde fines del siglo XVI, el monumento funerario se cambió a un nicho del claustro. Tras sucesivas reformas no sabemos nada del paradero de los sepulcros de don Rodrigo y de don Jorge Manrique, que estuvo enterrado unos pasos más atrás de la tumba de su padre en Uclés.
Don Rodrigo Manrique fue llevado a sepultar al Convento de Uclés, en el sitio que había señalado, y donde el Prior don Juan Velasco, su testamentario, hizo poner una cama de alabastro, como de una vara de alto, con un bulto de la misma materia, que representa este gran varón, y por haberse fabricado nueva Iglesia, está hoy en un nicho grande del claustro de aquella insigne casa. El bulto tiene vestido el manto capitular, con el hábito de Santiago. A los pies tiene un león y con ambas manos la espada que descansa sobre el cuerpo. Descansa la cabeza sobre dos almohadas
En 1598, la tumba de Rodrigo Manrique estaba al bajar las gradas del altar y la de don Jorge estaba en mitad de la iglesia. El sepulcro de Rodrigo Manrique parece que a principios del siglo XIX aun estaba en el claustro de Uclés. La noticia del cráneo aparecido durante la guerra civil y atribuida a Jorge Manrique sin mayor fundamento fue difundida por un médico que residía en Uclés. Al final de la Guerra, el cráneo se perdió y hoy se desconoce el paradero de las sepulturas tanto de don Rodrigo como de don Jorge Manrique. Los Manrique abandonan el monasterio como lugar de enterramiento de su familia y parece que tampoco se preocupan de las sepulturas de don Rodrigo y de don Jorge Manrique. ¿Perdidas, destruida por los franceses en la Guerra de la Independencia o tal vez en manos de alguien que aprovecho las circunstancias para hacerse con ellas? Preguntas que valen para mucho Patrimonio del que ahora nada se sabe. Pudieran estar los restos del poeta y su padre en la cripta de la iglesia donde se enterró a los Priores del Monasterio.
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